1Madame Semele rió y se abrazó los hombros, columpiándose sobre los pies.
2Piro había ido a buscarlo, estaba bebiendo en una taberna llamada Semele.
3Madame Semele entró en la caravana y descolgó la jaula de su cadena.
4Y esta vez, al primer envión, quedó esperando la joven Semele.
5Madame Semele sacudió la cabeza para despejar la mente de polvo y telarañas.
6Por lo general, la madre que se le atribuye es Semele.
7A su vez Zeus se lo entregó a Semele y renació un nuevo Dionisos.
8Semele no lo pudo resistir y el fuego de Zeus la redujo a cenizas.
9La anciana contempló a madame Semele con un ojo bueno y un ojo lechoso.
10En el interior, Semele estaba muerta pero su hijo vivía.
11Dánae, Alcmena, Leda, Semele: criaturas exquisitas, pero nada comparadas contigo.
12Cuando estuvo segura de que Semele ya no podía oírnos, me preguntó por el visitante.
13Madame Semele notó cómo le arrancaban las palabras de la boca, quisiera decirlas o no.
14Y has recuperado la juventud -suspiró madame Semele-
15Madame Semele tenía ahora el pájaro frente a ella.
16Tampoco podía pedirle a Semele que me acompañara.