La sotadediamantes te sotea el diamante, ¡así que gano yo!
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Destapo las otras dos cartas: sota de corazones y sotadediamantes, e-vi-den-te-men-te.
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Me quedo con tus corazones y echo la sotadediamantes.
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No muy segura con los naipes, meditó concienzudamente antes de escoger la sotadediamantes.
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Dan enseño a May Ling a jugar a la sotadediamantes, el juego preferido entre los pescadores del muelle.
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Y en el tercer montón sobre el cual no se había depositado ni un solo céntimo se hallaba la sotadediamantes.
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Ninitch estaba demasiado abstraído por confusas ideas para darse cuenta de que había dejado ver la sotadediamantes al separar los montones.
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Tres de rombos, cinco de tréboles, ocho de picas, diez de corazones y una sotadediamantes que lo miraba con cara de pena.
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Y, tal como un mago saca de su manga una sotadediamantes, saca él de su bolsillo una gran bola de papel impreso.
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Pero las telas de los artistas de la SotadeDiamantes me gustaron.
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Sus primeras obras (del período de la SotadeDiamantes) son muy pintorescas.
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Desde luego, el nombre de la SotadeDiamantes es bastante absurdo, pero entonces se empleaban denominaciones absurdas.
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-Bien- yechóla sotadediamantes.
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-¿Y es eso lo que le hizo a Altair de Altair y a la SotadeDiamantes?
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Falk comenzó a exponer con el grupo SotadeDiamantes, junto con Konchalovski, Lariónov, Lentúlov, Goncharova, Malévich, Mashkov, Kuprín, Rozhdéstvenski y Chagall.