1
Pero otra vez los hizo retroceder, los persiguió el tecolote de quetzal.
2
No temo ser asaltado después de levantar mi colchón o zangolotear mi tecolote.
3
El estudiante pasó en ese momento y le reclamó al tecolote.
4
Habrá un gavilán, faisanes, aves nocturnas como tecolote y mucho más.
5
Pero aquí, como ya te conté, no te respeta un tecolote.
6
Escuchá como se insolenta el tecolote, los perros aúllan y revolotean las papalotas.
7
Y se escuchó el grito del tecolote, el pájaro nocturno del bosque tropical.
8
Un tecolote de ojos amarillos se asomaba por el agujero de un saguaro.
9
El tecolote se ha convertido en un símbolo de ahorro, trabajo, esfuerzo y ahorro.
10
Con el tamaño que tiene ningún gavilán ni ningún tecolote se metería con él.
11
Me advirtió cuidarme muchísimo de otros cantos de tecolote que no llevaran esa marca.
12
Pero el quejido del tecolote entraba, con determinados perfumes campesinos, por la ventana abierta.
13
Sí, el tecolote cantó y la casa que fue muladar ya no será más.
14
Dijo luego que iba a correr adelante, y que esperara su canto de tecolote.
15
La gente aquí le llama tecolote, en vieja lengua nuestra.
16
El tecolote se echó a volar para indicarle el camino al temascal público más cercano.