1
Lo pensé un momento, y después dije que tocar la espineta.
2
Incluso su madre había desistido de enseñarla a tocar la espineta.
3
Al cabo de un momento volví a tocar la espineta, y Cecil se marchó.
4
Tampoco le desagradaba la música; de hecho, puso empeño en aprender a tocar la espineta.
5
Era conocido que ambas solían tocar la espineta juntas.
6
Le enseñó todo: buenos modales, el francés de los libros y hasta a tocar la espineta.
7
La condesa vino a mi salón de clases, donde me estaban enseñando a tocar la espineta.
8
Sabes tocar la espineta, no eres un animal.
9
Demelza, aliviada de muchas tareas rutinarias pero siempre muy atareada, tenía más tiempo para tocar la espineta.
10
No tenía tiempo como otrora para practicar el baile o el canto, para bordar o tocar la espineta.
11
Quería tocar la espineta, quería dar un puntapié a la primera persona que viera, quería visitar a Zeke, quería comer.
12
Para salir de la casa cruzamos por la sala, y allí se encontraba Marget enseñando a Marie Lueger a tocar la espineta.
13
Para salir de la casa cruzamos por la sala, y allí se encontraba Margarita enseñando a María Lueger a tocar la espineta.
14
Se quedó mirando fascinado su amarillo y aquilino perfil mientras tocaba la espineta.
15
Toqué la espineta para él; bailé; él miró con aprobación.
16
Tocaba la espineta de manera correcta pero impersonal, como si estuviera pensando en otra cosa.
