Cae de pie como un trapecista de circo, extendiendo los brazos triunfalmente.

El corazón me hace una cabriola como un trapecista de circo.

Él se enamoró de una trapecista de circo, recuerda Inbar.

Había uno que hasta quería ser trapecista de circo.

Parecía un trapecista de circo venido a menos.

La cruzó con habilidad, con el fusil sobre la cabeza, como si fuera un trapecista de circo.

Buscó la otra cuerda y se colgó de ella como trapecista de circo, balanceándose a cada arremetida del viento.

Incluso, se hablaba de que habrían contratado a un trapecista de circo para que hiciera esos imposibles saltos acrobáticos y usara botas, claro.

Solo Vivian Maldonado, el dandy italiano que abandonara la vida de trapecista de circo para buscar la gloria con el revólver, parecía dispuesto a desafiarlo.

Cientos de "expertos palabreros" se empeñan en disminuir el arte de la poesía, tratándolo como si fuese la cabriola afortunada de un trapecista de circo.

Trapecista de circo, pero murió en un accidente.

Su ropa interior se asemejaba a los trajes de los trapecistas de circo, donde el morado de los proyectores se demora en una admiración extasiada.

Y salí al patio, echado a mis compañeros como los cristianos a los leones cuando los trapecistas de circo romano comenzaron a usar red protectora.