Pintaba, cantaba y tocaba la viola de gamba de forma notable.

Entre ellos habían conseguido, no sé dónde, una viola de gamba.

Era la anciana tocando algún aire en una viola de gamba.

Más bien el lamento solitario de una viola de gamba.

Arrinconada y protegida por una funda, había una viola de gamba de madera clara.

La marquesa aprende viola de gamba con un ex violero de la Compañía real.

Un dúo de viola de gamba llamado Les Voix Humaines, pero arreglado para violoncelo.

De vez en cuando tocaba la viola de gamba.

Un muchacho los seguía con una viola de gamba que era más grande que él.

Deseaba estudiar viola de gamba, y resucitar del olvido compositores que la mala suerte hubiera acallado.

Si se mostraban hostiles estaba perdido, porque la viola de gamba es poco útil como arma.

El maestro organista alargó una sinuosa melodía del registro de viola de gamba del teclado de coro.

Muy diestra con la viola de gamba.

Era para una viola de gamba, la medida estándar más grande, la que Robert Allibone había tocado.

Graeias a su propia experiencía con la viola de gamba, Rob J. sabía que el director tenía razón.

Agregó la partitura que Jay Geiger había copiado para que pudiera interpretar a Chopin en la viola de gamba.