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Otra sustancia, el acetaldehído, también es responsable de la intolerancia al vino.
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Después interviene la aldehído deshidrogenasa, que descompone el acetaldehído en otras moléculas.
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Así, vuestro metabolismo estará centrado en destruir el acetaldehído que se irá creando.
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La enzima remueve hidrógeno del alcohol y lo transforma en algo llamado acetaldehído.
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Este, al pasar al hígado se transforma en un subproducto intermedio llamado acetaldehído.
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Si bebes en exceso, el acetaldehído puede dañar tu hígado.
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El acetaldehído es un subproducto del alcohol que actúa como toxina en el cuerpo.
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Al primero lo colapsa con sustancias tóxicas, sobre todo acetaldehído, y al segundo lo deshidrata.
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Bebieron chupitos de sake hasta que el eritema les impregnó el rostro de rojo acetaldehído.
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El acetaldehído es considerado como el principal factor de la resaca alcohólica y el rubor facial.
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Era la incorporación de acetaldehído la principal responsable de los efectos desagradables que Jacobsen y Hald habían experimentado.
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De este modo todo el acetaldehído que se vaya acumulando será rápidamente descompuesto y no notaréis sus efectos.
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Cuanto más líquido bebamos, mejor diluiremos el alcohol y menores serán las concentraciones de acetaldehído en nuestro hígado.
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Sabíamos de antemano que la L-cisteína reacciona con el acetaldehído y forma metabolitos que son inofensivos para el cuerpo.
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Las bebidas alcohólicas están compuestas por acetaldehído, que juega un papel clave en el desarrollo de este tipo de cáncer.
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El acetaldehído es el subproducto más tóxico del etanol y el que causa los efectos más perniciosos, la borrachera balbuceante.