Tara, con un esfuerzo, dominó su enojo y retomó la actitud penitente.

Observé a Cormac bañado por la luz de las farolas en actitud penitente.

Mi actitud penitente no estaba exenta de remordimiento.

Después, Enrique pensó que la actitud penitente de Rosamunda después de todo no era un inconveniente.

Me llevó unos segundos interiorizar una actitud penitente.

Yo crucé las manos sobre el escapulario de mi hábito, en actitud penitente, y volví a suspirar:

Si vos me lo pedís, los rezo -dijo Felipe, arrodillándose al lado de su silla en actitud penitente.

Mientras el rey adoptaba esta actitud penitente, el Capitán del Hielo, Muntras, llegó al palacio a presentar su saludo.

John adoptó una actitud penitente, con los dedos entrelazados a la altura de la cintura y la cabeza ligeramente inclinada.