1
Es legítimo preguntarse qué cosas se vendieron en aquella almoneda de Isabel.
2
La habitación de recibir parecía una almoneda: sillas, sofás de felpa, adamascados.
3
Bueno, a la alacena también, haría un papel buenísimo en una almoneda.
4
Con la llegada de la Corte, todo Burgos se puso en almoneda.
5
Sin instrucción pública; sin correos; almoneda los tribunales de justicia; paralizadas las industrias.
6
Y no en una almoneda, sino en el campo de batalla.
7
Yo apoyaré la petición, y le venderé a usted mis muebles en almoneda.
8
El contacto se rompió cuando el martillero anunció el inicio de la almoneda.
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Embargaron todos mis bienes e hicieron con ellos una almoneda pública.
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En cambio, el entrenador, Venables, no estaba ni en discusión ni en almoneda.
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Y la segunda, que el puesto de Arias estaba en almoneda.
12
La casa de este magnate bribón era una almoneda para conseguir puesto público.
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Serás vendida -sentenciópatético-en pública almoneda en los mercados de San Cristóbal.
14
Nos evitamos que tus muebles se luzcan en la almoneda de mi casa.
15
En una almoneda, uno de mis viajes a Madrid, me quedé con ella.
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Hasta han vendido en almoneda mis perros y las joyas de mi mujer.
