Parecía un animal diminuto que tenía una madriguera; mejor dicho, unas cuantas madrigueras.

Era como sostener una flor cálida, un animal diminuto, un pájaro.

Un animal diminuto de piel blanca apareció dando pequeños saltos como un conejo.

En el suelo se sacudía furtivamente un arbusto cuando se alejaba un animal diminuto.

Mientras nos secábamos, vi un animal diminuto que avanzaba a saltitos por la playa.

Adentro, en un nido improvisado con una bufanda de lana, había un animal diminuto durmiendo.

Un animal diminuto y lamentable, ratón o tortuga, en ningún caso carnero y mucho menos toro.

Había un animal diminuto grabado en la piedra.

De nuevo el extraño sonido, una carcajada, o quizá algo que se movía en las tinieblas, como un animal diminuto.

El jardinero sabe qué planta adora comer cada animal diminuto y cuáles hacen que su tono se vuelva más grave o más agudo.

Allí vio cómo nacía una ternerilla, y quedó sorprendido cuando aquel animal diminuto se levantó en cuestión de minutos y comenzó a caminar.

El pulgar y el índice los tenía cruzados, como si formaran un lazo o una horca en donde un animal diminuto se asfixiaba.

Era un animal diminuto, del largo de su brazo pero fino como un látigo, más delgado que su meñique incluso en la parte más ancha.

Levanté la cabeza y vi muchos animales diminutos pululando entre la hierba.

Debajo de las sillas de lona se desparramaba una mancha de animales diminutos.

Debido al calor, microorganismos y animales diminutos descomponen las hojas caídas.