Había sido obra suya y ahora le tocaba apechar con las consecuencias.

Es a mi Gobierno, es a mí, a quien toca apechar con ella.

Sin embargo, debía apechar con ello, arrancando casi cada sílaba.

Siempre está en condiciones de apechar con las partes más ásperas de la contienda.

Y toda la vida tendrá que apechar con ese lastre.

Antes, se dijo, era preferible renunciar a entregar el cuento y apechar con las consecuencias.

Entre tanto, nosotros, cada uno con su responsabilidad, hemos de apechar con todo lo que podamos.

De modo que tienes que apechar con eso.

Yo no puedo apechar con la responsabilidad de huir de mi mujer y de mi negocio.

Tenía que apechar con las reparaciones, bien estaba.

Estos dos hombres son importantes y soberbios y pueden apechar con lo que el caso les cueste.

Pobrecito León, aun con la ayuda de su padre como regente, apenas supo apechar con semejante responsabilidad.

Ahora tenía que encararse con un hecho desagradable: nadie, nunca más, iba a apechar con sus problemas.

Pero tenía que apechar con ello.

Me tiene sin cuidado si amenaza tormenta; ¡los que pueden provocarlas son los que con más justicia deben apechar con ellas!

Este es el mérito de esos muchachos: apechar con todo lo malo que tiene la fiesta y, además, sin pena ni gloria.