Cada vez que pasaba eso, nos chillaba porque arañábamos los discos.
2
Nosotros peleábamos, arañábamos, y cuando todo había acabado, él se marchaba del brazo del ganador.
3
Decíamos palabrotas y nos arañábamos como dos gatos.
4
Jugábamos y nos arañábamos como cachorros de fieras.
5
Y mientras nos mordíamos y nos arañábamos dijo:
6
Con las ruedas de prensa y los comunicados apenas arañábamos unos entrecomillados en un teletipo de agencia.
7
Además, arañábamos algunos minutos aquí y allá en nuestro baño de los secretos, pero, no era suficiente.
8
Nos atacábamos con las patas traseras, hundíamos a ciegas los dientes, nos arañábamos y dábamos golpes sin piedad.
9
Nuestras discusiones eran cada día más duras: nos cruzábamos reproches atroces y nos arañábamos una a otra las entrañas.
10
El hombre era tan pérfido como lúcido, sabía que arañábamos una recluta mínima, insuficiente para atacar el cordón borbónico.
11
Todos nos arañábamos la cara porque el viento, golpeándonos con nieve de hierro, martirizaba nuestra piel escamosa, seca, asquerosa.
12
Si trepábamos árboles y nos arañábamos las rodillas en las rocas, ella lucía con orgullo las mismas heridas de guerra.
13
Recuerdo cómo corríamos por el bosque, cómo silbaban las balas, cómo caían las ramas arrancadas por ellas, cómo nos arañábamos entre los espinos.
14
Los movimientos se hicieron bruscos y abandonamos toda precaución hacia el dolor, tanto el padecido como el provocado; arañábamos y mordíamos con avaricia posesiva.
15
Las rocas que había en la playa y alrededor de ella eran afiladas y a menudo nos cortábamos y arañábamos las piernas mientras trabajábamos.
16
Arañábamos los ojos del que se nos plantaba delante, le escupíamos cuando éramos capaces de reunir saliva suficiente y terminábamos mordiéndole.