Por fortuna, el auto tropezó con un hoyanco y nadie se percató de otro atrancón brutal, el del corazón hiperestesiado de Dionisio.
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Suspira hondo para ver si se le pasa el atrancón del plátano y es para peor: le sobrevienen las transpiraciones, expectoraciones, estertores, salivación.
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Las mismas estrategias purgativas siguen las personas con bulimia, que presas de hambre desmedida y voraz se gratifican con grandes atrancones de forma compulsiva.
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Por ejemplo, que haya 3,1 millones de afiliados implica una capacidad de atención muchísima más alta, ahí tenemos algunos atrancones.