Eran discos bicóncavos, con los centros hundidos por ambos lados.
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Mirad esas células rojas..., los discos bicóncavos.
3
Parecía una inmensa lente bicóncava, de unos cincuenta metros de diámetro por diez o doce de espesor.
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Con el microscopio es posible individualizar los glóbulos rojos humanos, conservados con su característico aspecto de galerita bicóncava.
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Sus ojos parpadeaban de fatiga detrás de las lentes bicóncavas que los hacían parecer de tamaño menor que el normal.
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Persikov recibió tres paquetes de Alemania en los que había espejos y una colección de lentes pulidas, biconvexas, bicóncavas y hasta cóncavo-convexas.