1
Puso la mano en la blanca corteza y dijo: -¡Bendito seas, abedul!
2
A cada lado del sendero crecían unos eucaliptos, con la blanca corteza descascarada.
3
Kai vio sangre que brillaba en la blanca corteza del árbol.
4
Puso la mano en la blanca corteza y dijo:
5
La suave pelusa de la blanca corteza se pegaba al fósforo y apagaba la llama.
6
O también desescamaba la blanca corteza de los plátanos, descubriendo capas de viejo oro mohoso.
7
Con el frío que hace de 33°, la resistencia de esta blanca corteza es muy considerable.
8
Abedules de blanca corteza crecían agrupados mientras que sus parientes, los alisos, solo eran altos arbustos.
9
La fina cascarilla de la blanca corteza se pegaba al fósforo y la llama se apagaba.
10
Entonces alargó el brazo, deslizando la mano por la blanca corteza, y la tocó ligeramente en el hombro.
11
El espeso bosque estaba atestado de aquellos árboles de blanca corteza, lo cual hacia que fuera difícil moverse por él.
12
Para ayudarse, se agarró de las piedras y las ramas de los árboles de blanca corteza distribuidos por la ladera.
13
Una vez arrancada la blanca corteza polvorienta, apoyó su peso sobre las patas traseras y comenzó a excavar con frenesí.
14
Las paredes habían sido cuidadosa mente revocadas, cubiertas con blanca corteza de abedul y decoradas con caprichosas pinturas y adornos indios.
15
Recogió e inspeccionó varios anchos semicírculos de fina y blanca corteza de sicomoro, y al final eligió dos que le parecieron convenientes.
16
El kank de carga arañó la blanca corteza del suelo con las seis zarpas, en protesta por la orden de Sadira de detenerse.
