Tenemos una crisis de régimen pero no una crisis de Estado.

Por otro lado, se evidencia cada vez más una crisis de régimen político.

Todos aniquilados recientemente luego de iniciar la crisis de régimen, el 18 de abril.

Según los politólogos, hay, en Francia, una crisis de régimen.

Ese es el final inesperado de esta crisis de régimen.

Primera lección: en las crisis de régimen los desenlaces son inesperados si el pueblo toma la iniciativa.

La crisis ministerial duraba desde hacía una semana y, como siempre, se hablaba de crisis de régimen.

Resuelta la crisis de gobierno, nadie había previsto que su solución marcaría el inicio de una crisis de régimen.

En unas capas por encima, de ese lienzo que es la historia, se está pintando otra crisis de régimen.

Y más que en una crisis de régimen o de gobierno se entra en una crisis de la situación política.

El aumento de esta presión empujó la crisis de legitimidad de la clase política y esta la crisis de régimen.

Se trata, ante todo, de una crisis de régimen, una crisis dinástica abierta por la muerte de la reina Isabel.

Hoy estamos en otra crisis de régimen imposible de ocultar bajo la falacia de la recuperación económica y de la regeneración democrática.

El modelo se ha agotado y con él ha perdido sentido la configuración misma del Estado, dando lugar a la citada crisis de régimen.

Desde todas estas perspectivas, las crisis de régimen y la movilización de abajo arriba coincidieron en extraer concesiones de los poseedores del poder existentes.

Y ¿cómo repercutirán estos actos en los otros Poderes y en la intensificación de la crisis política en ruta a volverse una crisis de régimen?