El mismo surgió en el renacimiento como la divinaproporción.
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Hablar de la " divinaproporción" en sí, no tiene ningún sentido.
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Es decir, que respetan con escrúpulo la divinaproporción.
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En aquel lugar donde reina la divinaproporción tenemos de pronto la impresión de respirar mejor.
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Construida de acuerdo con las leyes de la divinaproporción, la ciudad de Sesostris intentaba rechazarlo.
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Las relaciones entre los pares de números consecutivos se aproximan a la divinaproporción, al número áureo.
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La divinaproporción del dolor.
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Y es que la divinaproporción ha resultado ser durante siglos una regla geométrica para alcanzar los ideales de belleza y geometría.
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El caso es que, como siempre digo, la divinaproporción está en todas partes, siempre nos ha acompañado y siempre lo hará.
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El símbolo más grande de los arquitectos medievales era la divinaproporción, clave de las relaciones armónicas entre las partes del templo.
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Como apunta nuestro instruido general, " divinaproporción" es el nombre por el que conocen nuestros amigos florentinos el número de oro.
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Esas dimensiones son las proporciones armónicas que los arquitectos medievales resumirían en "proporción musical" y los arquitectos del siglo XVI en " divinaproporción".
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Un arte menor al lado del otro, pero de todos modos con su divinaproporción, sus unidades de tiempo, acción y lugar, y demás retóricas.
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La conocida " divinaproporción" que compartimos los humanos con las alas de las moscas, los pinos y las estrellas de mar, confirman la unidad.
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Es la divinaproporción la que, una vez más, une los opuestos, pues posibilita funciones opuestas de la composición (asimetría-equilibrio) con un mismo número: Phi.
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Amigos y amigas, todos vosotros sois tributos andantes a la DivinaProporción.