1En aquel momento, Eudemón le llamó a cenar, pues todo estaba ya dispuesto.
2Entonces Eudemón pidió permiso al virrey, su amo, para hacerlo.
3Al final me cansé y Eudemón ocupó su puesto.
4Saluda a Ponócrates, Gymnasta y Eudemón en mi nombre.
5Yo le oí una vez llamar a Eudemón desde la puerta de San Víctor hasta el Montmatre.
6Cuando llegó Gargantúa y vio la situación del fraile y la forma en que pendía, contestó a Eudemón:
7Se detuvieron a pensar cómo podrían pasar el vado con el impedimento de los cadáveres, y dijo Eudemón:
8Cuando llegaron al bosque, Eudemón avisó a Gargantúa que alrededor del castillo había tropas enemigas; al oirlo este, gritó con todos sus pulmones:
9Después requirió su garrote, montó en su caballo, que Eudemón había logrado atajar, y contentos ya todos, tomaron el camino de la saucera.
10Precipitó a la indigencia a Eudemón, quien también había sido cómplice de su ascensión, y obligó a Marcelo y a Polieno a suicidarse.
11Eudemón fue el primero que lo vio, y llamando a Gargantúa, le dijo:
12-Bienen cuidado me pone -dijoEudemón-,a fe de cristiano, el considerar la sabiduría de este fraile, que aquí nos ha deslumbrado a todos.