1
Ni la magia ni la espada surtían efecto alguno contra un gul de piel.
2
Raseed descargó su espada sobre la muñeca de un gul de piel, cercenándole la mano.
3
Solo necesitó apretar tres veces al gul de piel entre sus mandíbulas para partirlo por la mitad.
4
No obstante, ante los ojos incrédulos de Litaz, la carne destrozada del gul de piel comenzó a recomponerse por sí sola.
5
Raseed saltó y describió un sibilante arco sesgado con la espada, que atravesó limpiamente el cuello del gul de piel más cercano.
6
A continuación percibió cierta agitación entre la masa de gules de piel.
7
Un grupo de gules de piel aporreaba una pared de luz trémula.
8
Observó satisfecho que uno tras otro los gules de piel iban cayendo desplomados.
9
Los gules de piel comenzaron a caminar arrastrando los pies en dirección a Adoulla.
10
Dos gules de piel le estaban desollando el pecho, ansiosos por extraerle el corazón.
11
A la señal de Orshado, los gules de piel, ya sin obstáculos, avanzaron hacia el trono.
12
Todos los gules de piel quedaron inmóviles mientras una columna de humo se elevaba de sus cuerpos.
13
Hombre-chacal, gules de arena, gules de piel.
14
A los gules de piel no se les podía matar, pero sí se les podía obstaculizar el paso.
15
A pesar de su edad y su cuerpo orondo, Roun Hedaad esquivaba los espadazos de los gules de piel con agilidad felina.
16
De soslayo vio destellar unas chispas de fuego mágico: Litaz y Dawoud estaban peleando con una nueva oleada de gules de piel.