El hombre andrajoso se levantó y comenzó a andar hacia el Muro.

El hombre andrajoso estaba hablando en voz baja, al parecer con varias personas.

Un tic había hecho su aparición en la mejilla derecha del hombre andrajoso.

Un hombre andrajoso se incorporó, llevándose ambas manos a los riñones.

Un hombre andrajoso se encontraba arrodillado delante de otros dos hombres.

Un hombre andrajoso lo llevaba cargado y le enseñaba el muerto.

El cañón recordaba un hombre andrajoso que ha sufrido mucho.

El hombre andrajoso apareció en la puerta del garaje a la izquierda de Nedra.

Tonia reconoció con dificultad, en aquel hombre andrajoso, a Korchaguín.

Un hombre andrajoso, con el rostro enrojecido y los ojos demasiado abiertos, entró tambaleándose.

También él se había fijado en los ojos del hombre andrajoso, y estaba recordándolos.

Pero mientras lo hacía, el hombre andrajoso no miraba al rey, sino a Entreri.

Con una tímida sonrisa, la mujer enlazó su brazo en el del hombre andrajoso.

Con una risa entre dientes, el hombre andrajoso le dijo:

Ambos detienen su tarea ante un hombre andrajoso que aparece desde la izquierda del escenario.

Había un hombre andrajoso apoyado contra una pared, obviamente en un lamentable estado de embriaguez.