1
Pero cada vez eran más los jinetes moros que recorrían aquellos altozanos.
2
Luego, por orden de unos jinetes moros, forman a un costado.
3
Centenares de jinetes moros acabaron en tierra, defendiéndose como podían de nuestra acometida.
4
Los jinetes moros rodeaban el carro con lanzas en la mano.
5
A una voz de su capitán, los jinetes moros se retiraron para reorganizarse.
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Y además, ¿no seguían acudiendo los jinetes moros de Franco a aterrorizarlas en sueños?
7
Ved los jinetes moros cómo aguardan sobre otra colina alargada, en filas y escuadrones.
8
En su retirada serían perseguidos por los jinetes moros ansiosos de emplear su sable!
9
Pero ahora faltaba lo más importante: los jinetes moros.
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Tres escuadrones de caballería estaban encargados de rechazar las vertiginosas cargas de los jinetes moros.
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La nube de jinetes moros se cerró sobre él con algarabía y revuelo de espadas.
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Abajo, en el llano, los asturianos ya se aprestaban a repeler a los jinetes moros.
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Una cuantiosa hueste de jinetes moros galopó hacia el lugar donde el frente se había roto.
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Cuando partieron con el cuerpo, fueron escoltados hasta la frontera por un cortejo fúnebre de jinetes moros.
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Cuando recobraban aliento otro grupo de jinetes moros apareció por detrás de la montaña y los vio.
16
El grupo principal, con las mujeres y los jinetes moros de la escolta, ya debía de haberse instalado.
