Los liquenes cubrían las paredes que, de algún modo, brillaban con luz interior.
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Se detuvo ante la tabla extendida cubierta de liquenes que constituía su escalerilla.
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Sus paredes rezumaban agua, que alimentaba los liquenes de colores irisados que crecían en ellas.
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Cruzaban un territorio cubierto de niebla y dominado por la densa fragancia de los liquenes.
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Astrid hervía unos liquenes para elaborar un tinte purpúreo para la tela que estaba tejiendo.
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Miraba atentamente los árboles, cubiertos de liquenes y enredaderas.
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Sadira apenas si empezaba a divisar los liquenes que crecían en sus enormes bloques de piedra.
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Las vigas estaban cubiertas de óxido y de liquenes pegajosos, y tenía que dar cada paso con mucho cuidado.
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Aquí, protegidos del viento por los arbustos, crecían algunos arbolillos enanos; liquenes, brezo y hierbas cubrían el suelo arenoso.
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Es como tus liquenes, Hans.
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Tenemos que encontrar algunos de estos liquenes que comen los renos... -Sepuso a buscar laboriosamente entre los árboles-
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Entonces, una figura oscura apareció entre la niebla, bajando hacia él por los peldaños cubiertos de liquenes con majestuosa gracia.
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Los tres cazadores, embarcados en la pequeña chalana, se acercaron a la hendidura oculta por la cortina de liquenes y enredaderas.
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Allí solo pueden crecer liquenes, junto con ocasionales zonas pobladas por horribles mutaciones de hongos donde los huesos sobresalen entre los escombros.
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Son cuadradas por la base y semicirculares en la parte superior, negras y grises, pocas veces pulidas, con liquenes y musgo incrustado.
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Grisáceo musgo pendía de las ramas cubiertas de liquenes, formando cuerdas y redes que parecían tendidas para hacer caer en ellas al incauto.