Al instante una llama devoradora brota de las puntas de sus dedos.

Mellehovich, impetuoso como una llama devoradora, los había atacado por la espalda.

Ninguno sabía por qué, pero todos volaban hacia aquella llama devoradora.

Gracias a las fórmulas de conjuro de la llama devoradora, no te quedarán cicatrices.

El viento debía de ser frío y su afán sería como una llama devoradora.

Había en sus ojos azules un brillo ambarino, una llama devoradora como el hielo.

Había pasado por la nave como una llama devoradora.

Deseaba encontrarse lejos de aquella llama devoradora.

La crueldad puede permanecer latente hasta que despierta por accidente, y entonces estalla como una llama devoradora.

Un ritmo que es una llama devoradora.

La bendita agua, don del cielo, aplicada hábilmente, apagaría la llama devoradora, pero se la reemplaza por drogas venenosas.

Y la ira ardió en él con una llama devoradora, y el miedo creció como un inmenso humo negro, sofocándolo.

El único reflejo de su alborozo interno eran sus ojos, que ardían con una llama devoradora mientras observaba a los prisioneros.

Una vez por lo menos, aunque jamás volvería a repetirse, ella también había experimentado una pequeña chispa de aquella llama devoradora.

Su réplica podía observarse en la ansiosa expresión de Moreau: el ansia de Prometeo, el deseo de una llama devoradora de conocimiento.

Pero la imagen de Djoser se volvía imprecisa, sustituida poco a poco por la llama devoradora del recuerdo de la noche mágica.