En llanuras, pequeños machosurs aman escondrijos, hasta encontrar cálida esposa.
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Dicen que los machosurs son tontos.
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Más fácil que túneles de raíces donde deben corretear cachorros y machosurs, cuando no tenemos dulce marsupio conyugal.
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Rió, al igual que varios machosurs que lo seguían, correteando por los andamios de la increíble máquina de Uriel, ayudándolo a sintonizar cada componente.
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¿Todos los machosurs trataban así a sus hembras, retándolas desde los pliegues de sus marsupios?