Aconsejamos vivamente meterse entre pecho y espalda un plato de cuchifrito (cochinillo frito).

O de meterse entre pecho y espalda un lexatin, como hacían algunas de sus amigas.

Tampoco tenía ya las fuerzas suficientes para meterse entre pecho y espalda aquellas espectaculares cantidades de estofado bernés.

Cliff no comió nada, pero debió de meterse entre pecho y espalda un cartón de seis de Heineken.

Sintió hambre pero no la suficiente como para meterse entre pecho y espalda las asquerosas verduras de la vecina.

Me quedaré aquí sentado observándole hasta que Win regrese con algo que usted pueda meterse entre pecho y espalda.

Otra opción es meterse entre pecho y espalda un "menú artesano" por un precio máximo de once euros.

El propio Calogero se quedó un poco impresionado con la cantidad de comida que llegó a meterse entre pecho y espalda.

Son más de mil metros de desnivel los que hay que meterse entre pecho y espalda antes de avistar el refugio.

Al mirarlo se diría que va a estallar, pero es increíble la cantidad de comida que puede meterse entre pecho y espalda.

Después de meterse entre pecho y espalda tres raciones, Charlie puso los pies sobre una silla desocupada y se palmeó satisfecho el estómago hinchado.

El coronel Strayer, quien según el teniente Foley "podía meterse entre pecho y espalda una notable cantidad de alcohol, se puso un poco pesado".

¿Y el señor marqués hubiera tenido el valor de meterse entre pecho y espalda esa cena condimentada con millares de gusanos?