1
Mientras Byrne subía las escaleras, la mezcolanza de olores casi le hizo vomitar.
2
De pronto, una vaporosa mezcolanza de olores le impregnó la nariz.
3
Había una mezcolanza de olores: basura, podredumbre, cosas rancias, ventosidades, excrementos.
4
Siempre había una mezcolanza de olores, pero ninguno de los que abren el apetito.
5
El murmullo de voces, la mezcolanza de olores, en su mayor parte rancios, eran espantosos.
6
Una mezcolanza de olores, muy tenaces: ajo, grasa quemada, cuero viejo, gato húmedo, papel carbonizado.
7
Aprendí a no molestarla, a yacer en silencio, subyugada por la mezcolanza de olores que exhalaba.
8
El aire resultaba asfixiante, cargado con el humo del tabaco y toda la mezcolanza de olores.
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El hedor era una mezcolanza de olores indigeribles.
10
También la mezcolanza de olores ofrecía intensos contrastes.
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El aire salado que entraba por la puerta delantera solo conseguía incrementar la mezcolanza de olores.
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Una mezcolanza de olores golpeó el olfato del cerdo: agentes esterilizantes, lubricantes mecánicos, hirvientes refrigerantes, efluvios humanos.
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Esta mezcolanza de olores penetrantes excita a los perros a la vez que alimenta su respeto por Veiss.
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Orina, defecaciones, vómitos y cuerpos sin lavar componían una mezcolanza de olores que casi me hicieron sentir enferma.
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Cuando entraron en el número 3, se vieron envueltos por una mezcolanza de olores a sudor, abrillantador y yeso.
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Al final, los tres se quedaron dormidos, acurrucados en una mezcolanza de olores a humedad, naftalina y Je Reviens.
