El palco no costaba cien sueldos, pero yo no poseía ni un miserableochavo.
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Me ha vendido por un miserableochavo... Bueno, ¿qué?
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"Yo estaba sin un miserableochavo, y no podía tener dinero hasta la noche.
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Todo el mundo miserablemente preocupado de defender sus miserablesochavos con cerraduras, con rejas, con mirillas para espiar, con policías que paseaban su ociosidad expectante.