Apelativo o sobrenombre que se le da popularmente a una persona, a fin de reconocerla en su ambiente local y que generalmente deriva de una cualidad (atributo o defecto) tanto física como psíquica, o de la herencia de un antepasado.
Los motivos del apodo se los pueden ustedes imaginar sin mi ayuda.
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Entonces tiene sentido que una sociedad masónica utilice este nombre como apodo.
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Si algo tiene apodo, es que es importante y hablan de ello.
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La mayoría de los Kendy tenían un apodo similar, a menudo burlón.
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Sin embargo, Cincinnatus soportaba el apodo y el desdén de los demás.
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En ciertos casos, cuesta mucho tiempo y bastante dinero construir un alias.
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Debajo de cada intervención, el sistema indicaba automáticamente el alias del remitente.
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Con tantos alias es posible que fuese un fugitivo de la justicia.
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No había leído su propia ficha: Arnaud Chaplain, alias Nono, período 2009.
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En mis cartas he utilizado siempre un alias como medida de cautela.
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De hecho, Goering no tenía ninguna razón importante para utilizar un seudónimo.
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El archivo debe contener lasiguiente información: seudónimo y título de la obra.
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Escrito por Lenny Sands bajo el seudónimo de Político experto Sin Par:
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Sabemos que leyó tu artículo: dejó un comentario con el seudónimo Laika57.
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Actuar bajo ese seudónimo era mi forma de rendir homenaje a Joyce.
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Por todo ello se le ocurrió ponerle un sobrenombre: la Última Romántica.
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Son dos, tienen sobrenombre y arrancaron un proceso de restauración realmente notable.
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Asombrado, al principio supuse que era un sobrenombre, un nombre de guerra.
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Su segunda utilización del sobrenombre comprometedor tenía un matiz nuevo, de súplica.
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Así lo demuestra el hecho de que le hayan puesto un sobrenombre.
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Sin duda había oído esos días a Clara aplicarme repetidamente el apelativo.
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Además calificó de horrible el supuesto apelativo que le habría dicho Neymar.
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El apelativo que le pusiera en un principio apenas si tenía importancia.
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Y espero que fueras a continuar la frase con algún apelativo cariñoso.
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O al menos espero que ella me permita ganarme ese afortunado apelativo.
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Infortunadamente tenemos un remoquete muy grande por la politiquería, corrupción y deshonestidad.
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Y una fugaz reminiscencia: me parece que Maillot lo llamaba con un remoquete.
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La prima se daba ella misma el remoquete de confesionario de la familia.
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Por sus constantes referencias griegas, muchos se ganaron también el remoquete de grecocaldenses.
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Le venía el remoquete por la media lengua de Don Jaime.
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Cuando se abandona o se deja de lado el apodamiento, la conexión que éste establecía entre el lenguaje y el mundo también desaparece.
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Pero, a pesar de estas virtudes, creo que con la transición desde el "apodamiento" al "acceso epistémico" se ha perdido algo esencial.
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El "apodamiento", por más que imperfectamente desarrollado, se introdujo para intentar comprender cómo, en ausencia de definiciones, los referentes de términos individuales podían establecerse.
Versos que son objeto de glosa en una justa poética.