1
En ese tiempo Arístides Olea era un mocetón de casi veinte años.
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Era un mocetón impetuoso, de mirada clara y expresiones vehementes y rápidas.
3
Tú me has enseñado a no serlo -manifestócon énfasis el mocetón.
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Pero no creo que ese mocetón sea capaz de renunciar tan fácilmente.
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El primero que se nos aproxima es un mocetón cetrino, bien plantado.
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El mozancón miró alrededor para cerciorarse de que nadie los vigilaba.
2
El mozancón de Valladolid hablaba con otro falangista y volvió para la celda.
3
Era un mozancón alto de músculos fofos y dentadura escasa.
4
El hombre era un mozancón de rostro estriado por arrugas formadas por la risa.
5
Uno más alto, ya mozancón criado, se levanta la chilaba y les muestra el culo.
6
Camille era un mozancón de voz ronca, con el labio superior sombreado por un vello oscuro.
7
La renegada judía entró dejando en la pituitaria del mozancón una vaharada de perfume caro, parisino.
8
La fámula mira al mozancón con simpatía, por el desencanto que se pinta en sus facciones.
9
El mozancón le mira con ganas de morderle.
10
A Josefina le atraía el toroso mozancón, pero hasta ahora no habían tenido ocasión de salir juntos, y solos.
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Ves un mozancón llorar los kiries y te vas llenando de una rabia feroz, una rabia tremenda y bárbara.
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En un dos por tres subió el mozancón la empinada cumbre en la bribia con esa gente grave y sesuda.
13
Era un mozancón costilludo.
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Este mozancón, de alta estatura, macizo, huesudo, con brazos y piernas de campesino y andar cansino, había vivido horas muy duras.
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Una de las veces, pasó un mozancón que sin saber de lo que se trataba, pues solo había oído palabras, terció diciendo:
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Roque, el mozancón que cazaba los garduños a palos, ¡Dios, qué forma de endiñar estacazos!, se fue ya para el otro mundo: descanse en paz.