El lugar más tranquilo de la ciudad en aquella noche de jolgorio.

La noche de sábado prometía ser una noche de jolgorio en México.

Disfrutemos de otra noche de jolgorio y burlémonos de las campanadas de medianoche.

No cabe duda que en ese momento, esa noche de jolgorio no hubo principios, ni valores.

Su robusta constitución parecía permitirle una noche de jolgorio, incluso acompañada de las más intensas emociones.

Ésta es una noche de jolgorio -viola expresión de extrañeza en el rostro de Amerotke-

Era una noche de jolgorio en la calle.

Al final del día estábamos todos demasiado cansados para nuestra habitual noche de jolgorio y dormimos profundamente.

Una noche de jolgorio y revelación.

Una noche de jolgorio, tal vez.

De modo que Alcest había visitado a un prestamista y le había pedido dinero para financiar una noche de jolgorio.

El conjunto era el de un universitario al que hubiesen hecho madrugar tras una noche de jolgorio con sus compañeros.

Con todo, los mejores placeres de aquella noche de jolgorio se desarrollaban más allá de la zona luminosa de los farolillos.

Yo creí que había pasado aquella noche de jolgorio en que la gente esperaba el fin del mundo en las tabernas.

Quizá volvía al apartamento de algún músico joven y peludo, que aún estaría en la cama tras una noche de jolgorio.

Yo espero que estas noches de jolgorio solo vigilen las puertas."