Significats de puta en espanyol

Tenemos uno o dos casos más importantes que ese asunto del gato.

Y no, los ciudadanos no podrían volver a votar por el gato.

Para encontrar la respuesta debemos observar la secuencia venatoria normal del gato.

Pero una pregunta: ¿el gato proviene de un período anterior al nuestro?

El gato inventó el existencialismo: cada momento representa para él una elección.

El poder central recuperaba la responsabilidad del orden en Cataluña: giro importante.

Pero lo escrito muestra igualmente que hoy este giro solo no basta.

En este punto era esencial dar un giro radical a la situación.

Sin embargo, la situación había dado un giro inesperado: Joss estaba libre.

Pero en ningún país el giro se ha producido sin afrontar dificultades.

Cómo debemos corregir a nuestra perra también es tema de amplio debate.

Jordi le había dicho que era una perra mala; quizá tuviera razón.

La perra no se encuentra en buenas condiciones y tiene doce años.

Sin embargo, aquella perra había inducido a error al abnegado fiscal Ranelid.

Además manifestó que entrenar a su perra no fue una tarea difícil.

Tampoco puede él evitar ser espía como la zorra ocultar su pestilencia.

En las infranqueables montañas, la zorra era mejor guía que el bastardo.

Por otro lado... la zorra tampoco la había prevenido contra el barbazul.

Esos hábiles negratas te levantarán a la zorra en cuanto la dejes.

Igual te has pasado zurrándole a la zorra, dejándola en malas condiciones.

La prostituta es víctima por sistema, independientemente de cual es su situación.

La información representaba poder, dinero y conexiones; la prostituta contaba con todas.

Pero una prostituta puede ser portadora incluso sin ser consciente de ello.

Al principio era imposible evaluar exactamente cuánto ganaba una prostituta -explicóScholz-

La primera, según parecía, no era prostituta; la segunda, en cambio, sí.

Sin verla, se creería oir hablar a una ramera decadente y cansada.

Ayer por la mañana se presentó en su habitación, la muy ramera.

Siempre había estado seguro de que aquella ramera no era trigo limpio.

Si el rey no regresa, Uhtred, echaremos tu ramera a los perros.

Miserable ramera, no volverás a convertirme en el hazmerreír de la gente.

Al contrario: parecía poseer la seguridad y la experiencia de una cortesana.

Era un paso indispensable para poder contratar los servicios de la cortesana.

Chiara y ella escucharon con suma atención las palabras de la cortesana.

No hubo un único momento de aceptación de mi condición de cortesana.

Sin embargo, no esperaba lo que le dijo la cortesana a continuación:

Discutieron: había tenido paciencia, aunque la fulana se dejó suelta la lengua.

Daba asco oírle describir a la fulana con tanta adoración -escupió, disgustado.

Yo no soy una fulana de diez dólares de la calle Dieciséis.

No volvería a ser la fulana de ningún mercader partidario de Verderol.

Maigret le dio las señas de Fiódor Yuróvich y de su fulana.

Eso sí que no se lo iba a perdonar a esa furcia.

Había soportado la compañía de una furcia joven, repentinamente encaprichada de él.

Señora, la he echado de mi casa como a una furcia vulgar.

Igual daba que estuviera con ella, con la furcia, o sin ella.

Yo nunca había oído esa palabra y no sabía que significaba furcia.

Mataría a la Valérie ejecutiva para dar paso a la Valérie mesalina.

Una hora antes, Mesalina hubiera oído comentarios muy distintos sobre su persona.

Incluso en vida de Mesalina habría sido muy difícil decidir entre ambas.

En aquel momento, el aspecto de Mesalina no tenía nada de maternal.

Mesalina se burló de mí, pero yo ya tenía una respuesta lista:

Al niño que cantaba flamenco le arreó una coz una golfa borracha.

Xavier es un buen guía del Méjico nocturno en su vertiente golfa.

En la bolsa de la otra golfa encontramos una llanta de neumático.

La gente se enamora de New York como de una golfa avariciosa.

Tendría que volver a Suecia usando sus encantos, golfa, más que golfa.

Lo cierto es que la buscona tenía motivos para entregarse a cavilosidades.

Cuanto más examinaba el caso de aquella buscona, más indignado se sentía.

La buscona recordó haber oído decir que Cervantes se murió de hambre.

Era cándida y basta, de grandes pechos, alta para ser una buscona.

No digo que fuera una buscona, pero la santidad tampoco la llamaba.

La coima es una exigencia; el soborno, la aceptación de una ilicitud.

Ahora sí reinaba en el país un clima de negociado y coima.

Asimismo, para estar registrado en Moscú había que dar una gran coima.

Y chau acomodo, y chau coima, y chau negocios con el gobierno.

Seguramente que se trata de la mismísima coima de Efrén el Picado.

He dicho que había secuestrado a veintisiete personas pero era una trola.

Vale, no quiero meterte ninguna trola: no es cuestión de un momento.

Le había echado un rapapolvo por contarle una trola al señor Rosen.

Sí que tengo un problema cardíaco, no le estaba contando una trola.

Era una especie de trola, pero Tomas Nau no había pedido explicaciones.

Mi experiencia con Magda apenas me facultaba para estar con una meretriz.

Una meretriz pierde la vida por exceso en consumo de bebidas POTOSÍ.

Luego volvió a nacer en Roma para convertirse en una famosa meretriz.

No era digno de esto, ni siquiera por parte de una meretriz.

La meretriz se apartó de ella y se encaminó hacia el dormitorio.

La palabra ya lo dice, existe el tango romántico, la milonga, etcétera.

Además es sugerente porque nos permite anticipar el sonido de la milonga.

Aquí el itinerario: Miércoles de Buenos Aires: tango, milonga y electro tango.

Cantinflas no podría haberlo dicho mejor ni Gardel bailar mejor la milonga.

Alguien que se habrá forrado con usted a cuenta de esa milonga.

No le será fácil acceder a los exclusivos favores de una hetaira.

Otra hetaira, Friné, fue acusada un día de no recuerdo qué delito.

Lo último que quería parecer era la hetaira en busca de clientes.

La hetaira seguía enfadada con él por la alusión procaz a Penélope.

La hetaira había engañado a la augusta y acabaría engañándolos a todos.

En los Estados Unidos resulta difícil distinguir una dama de una pelandusca.

Ahí parada a estas horas la confundirán con una buscona o pelandusca.

Por el tono de Peter, era evidente que pensaba en alguna pelandusca.

Juraría que no es una pelandusca ni una cortesana hinchada de vanidad.

Yo me las entenderé con esa pelandusca de Hazel, desde aquí mismo.

Al parecer en aquel lugar era costumbre que los curas tuviesen barragana.

El dueño dio señales de serle insoportable la presencia de la barragana.

Se volvió hacia su barragana y ella se vio obligada a contestar.

Es para el sargento SS Kampfer, o, mejor dicho, para su barragana.

Pilar, la joven barragana y viuda de su padre, ocupaba la casona.

Y como cada lunes, la tertulia más gamberra en La Barra Libre.

Se burlaron de la actitud gamberra de los chicos, que eran incorregibles.

Luego dicen que la juventud es rebelde, gamberra, contestataria y demás.

Era una alegría ululante, lúgubre y gamberra, como en un cuadro de Solana.

Lo gracioso era que ella se consideraba a sí misma una verdadera gamberra.

Mi misión es que no te sientas un zorrón aunque lo seas.

Y hasta le había plantado un broche de pedrería falsa de zorrón.

Quiero decir que nunca he sido puta, pero sí un poco zorrón.

Ese zorrón rubio de Channel 8 la tiene tomada con usted.

Pero puede que aún le quede algo de zorrón, ahí, latente.

Si puede conseguirlo con sus alumnos, tiene que poder con esta turra.

Si los tiraba altos seguro que la muy turra llegaba cómoda.

Y un último mensaje para todos antes de dejar de dar la turra.

Como una pitonisa que desciende las escalinatas deificas, bien a lo turra, bajó Agustina.

Eso pensé: a esta turra se le murió el marido.

Mi relación con el tango es de muchos años pero solo como milonguera.

La voz de Dardo Moratto volvió a insinuarse, milonguera:

Un año después aparece en los diarios matutinos: "Pibe mata por pasión a célebre milonguera".

Opinión "Felices con la movida milonguera" "Estamos entusiasmados, felices con todo el movimiento milonguero en el país.

Era una experta, una milonguera de principios de siglo en Buenos Aires que enseñó a bailar tango en París.

Pero seguro que no sabe cómo dar cala a una bagasa, ¿a que no?

No escarmentó su lascivia y empezó a tratar con bagasas de Kotani y Fudanosuyi y con coimas de alquiler mensual.

¡La hembra más vulgar... la bagasa más descarada!...

Se llenaron las dos bagasas de improperios, de denuestos enormes, con un griterío ensordecedor, que, de fijo, se oiría hasta la estrella Sirio.

¿Vas a permitir que se diga de ella que es tu concubina, o peor aún, la bagasa del castillo?

La mamá de Pierrot tenía una hermosa mano, larga, bastante ancha, seca, una verdadera mano de zurrona.

-¡Burladora, zurrona, cabricondesa, tía del demonio, hipócrita, tiránica, maldita...!

¿Vos seguís viéndoos con aquella zurrona de Ripa?

Este condenado libro está más emperifollado que una mujer pública de Palanthas.

También cenó con pecadores y aceptó el homenaje de una mujer pública.

Y llegó un día en que se enamoró de una mujer pública.

Pero también está la mujer pública, por ejemplo, que tiene éxito en política.

Era una conducta absurda que solo una mujer pública puede mostrar.