Seis pistolas se quedaron apuntando a la cabeza de Erik Jan Hanussen.

Y todos quedaron apuntando hacia la fecha que tampoco pasó desapercibida en el exilio.

Cuando llegó al borde, sus piernas rígidas quedaron apuntando al aire por un momento.

Los fuegos se apagaron por fin, y las chimeneas quedaron apuntando al cielo, desnudas y escuálidas.

De tal guisa sus dos enormes tetas quedaron apuntando hacia abajo, como un par de péndulos.

Por unos eternos segundos los mástiles quedaron apuntando al fondo del mar, y la quilla al cielo.

Siete mil armas quedaron apuntando a Rincewind.

Luego, de repente, quedaron apuntando hacia el encapotado cielo, como dos pequeños focos en busca de bombarderos.

Lo dejó de tal modo que los dos extremos quedaron apuntando hacia arriba, en dirección al techo-

Ambos quedaron apuntando al extremo opuesto.

Las patas de la mesa, cruzadas por el anillo de bolas de acero, quedaron apuntando hacia el techo.

Lo levantó del suelo, llevándose la superficie plana al pecho de modo que las patas quedaron apuntando a Henry.

Mardonio giró todas las piezas de madera en ángulo recto de manera que quedaron apuntando hacia la isla de Salamina.

Las pistolas aparecieron en las manos de los tres agentes de la CIA y quedaron apuntando firmemente al excitado agente soviético.

Los tiros invirtieron el sentido de su marcha y giraron de modo que las bocas de los cañones quedaron apuntando al enemigo.

Justo entonces, una flota de pequeños barcos blancos de vela cuadrada apareció de debajo de la superficie y se quedaron apuntando hacia arriba.