Era hijo de un rétor griego y de una prostituta de Campania.

En todo caso, así interpreté la sombría expresión del rétor Adriano.

El rétor puede perfectamente ser un mentiroso eficaz que obliga a los otros.

Es Virgilio de Toulouse, el rétor, seis siglos después del nacimiento de Nuestro Señor.

Con sus sermones ganó para el cristianismo al rétor Agustín.

El rétor Quintiliano, en uno de sus discursos de entrenamiento, explica vívidamente la situación legal.

Con toda probabilidad, al final del discurso encontraría incluso palabras de halago para el rétor.

Pero pocos días después se presentaron ante él el eunuco Potino y el rétor Teódoto.

Era evidente que ella había comprendido antes que yo de qué hablaba el viejo rétor-

Sus favoritos eran orador, rétor, Demóstenes y Cicerón.

El cónsul Vibulio Hiparco Tiberio Claudio Ático Herodes, el hombre más rico de Grecia, rétor y benefactor.

Abracé al viejo rétor con auténtica alegría.

Potino, que veía el peligro mejor que el rétor, lo agarró de un pliegue del manto y tiró de él.

Fue rétor y un abogado eminente, pero un día lo dejó todo, según me contaron, y se dedicó a otras cosas.

Horacio parte de Roma acompañado de esclavos y sirvientes y de ese personaje por él admirado pero desconocido para la historia, el rétor Heliodoro.

No, Vero no era un gobernante, no era un diplomático, ni un rétor, ni un estratega, y por suerte tampoco un asesino muy dotado.