Significats de rilar en espanyol

Entonces comencé a tiritar; en ese lugar era imposible permanecer mucho tiempo.

Pantaleone, que no le abandonaba, tenía por el contrario aspecto de tiritar.

Esta madrugada del viernes la Sierra Norte ha tenido registros para tiritar.

Seguimos sentadas en silencio en el coche mientras empezábamos ya a tiritar.

Había que acostarse o estarse de pie, y en ambos casos tiritar.

Ráfagas de metralletas y cañonazos hicieron retemblar una mañana el cielo veraniego.

Un gruñido de caza hizo retemblar el aire; hubo babear de mandíbulas.

A medida que el monstruo se acercaba, el suelo empezó a retemblar.

Las cabrillas lanzaban piedras enormes, de muchas arrobas, haciendo retemblar las murallas.

Al humo blanco siguieron enseguida los estandartes y el retemblar del suelo.

La Muerte señaló una vela cortísima cuya llama ya empezaba a temblequear.

La barbilla le empezó a temblequear; no tenía tiempo que perder.

Comencé a sudar copiosamente mientras mis piernas empezaban a temblequear nerviosamente.

Junto a él, Miguel empezó a temblequear con los ojos encharcados.

El joven rio mientras negaba con la cabeza, haciendo temblequear sus gordos mofletes.

Al jefe no le gusta la gente que se sienta aquí para achucharse.

Y también prendada de Rand, si achucharse con él en rincones oscuros significaba algo.

Recuerdas lo divertido que es achucharse durante la noche, ¿no?

Se había mudado al camarote de Éder y, por achucharse todos más, Azira se había ido con ellos.

Habrá que achucharse un poco.

Empezó a titiritar, aunque el día era cálido, y no conseguía detener los temblores.

Escondida detrás de un árbol, Farnay intentaba no titiritar mientras miraba al alienígena a través de sus macrobinoculares.

Hedda estaba empezando a titiritar.

Ella lo soltó y se quedó a su lado, inmóvil, hasta que él empezó a titiritar de frío, finalmente listo para irse.

La barba se le había congelado cuando despertó con un escalofrío, titiritando.

Así logró titiritear esa cúpula del PLD a las mismas bases que le habían entregado todo el poder que nunca disfrutaron.

Dejan que el sol haga lo suyo, aunque al principio titiriteen de frío.

Toda la vida han andado juntos, titiriteando por los caminos del mundo, dulzuras y diabluras, Maese Trotamundos y el peregrino Javier.

Según la nota de prensa recibida en nuestra redacción, Titiriteando... cuenta con la presencia de importantes dramaturgos y titiriteros cubanos y extranjeros.

Por eso me interesó descular esa inteligencia: la de un titiritero que se titiriteaba a sí mismo, mientras, desde adentro, iba pergeñando el mal.