Con todo, en la cunita de sábanas de holanda lloriqueaba una criatura.

De acero, si puede ser, con las sábanas de holanda.

Pero la historia, a diferencia de nosotros, perdidos en el laberinto de las sábanas de holanda, era verdadera.

El dolor es eternamente fecundo; unas veces da a luz en sábanas de holanda, y otras, sobre las guijas del arroyo.

Entró en su cuarto, almorzó ligeramente, cerró las ventanas y se metió entre las sábanas de holanda y los mullidos colchones de su lecho.

Mañana mismo busco una niñera del Rif, pensé, acurrucándome en las sábanas de Holanda.

Sábanas de Holanda, fundas y traveseros, cortinas.

-Laque nos deja ese cojo no tiene precisamente sábanas de Holanda.

Eugenia sonreía con la mirada verde perdida en lontananza y el cuerpo desnudo sobre las sábanas de Holanda.

Tendrá finas sábanas de Holanda, caballos, coche y un lacayo, y cada mañana la llevarán a misa en calesa.