Sí, le gustaban las mujeres con las ideas claras y sin pretensiones.

Aquello era parte de tener un aspecto natural y sin pretensiones, pensó.

Era una de las pocas ocasiones en que podía vérsela sin pretensiones.

Tabula Rasa es la posibilidad de revisitar el género, sin pretensiones estético-historicistas.

Todo tenía un aspecto sólido y de buen gusto, aunque sin pretensiones.

Me cuenta lo que sabe por experiencia, sin pretensiones y sin fingimientos.

Triunfaba, en cambio, el espectáculo gratuito, sin pretensiones y con alcohol abundante.

Por casualidad sonó una musiquilla agradable, sin letra, joven pero sin pretensiones.

Camilo fue en vida un artista sencillo, sin pretensiones, con sensibilidad social.

Pero la clave estaba allí, en aquella oficina diminuta y sin pretensiones.

Los cinco primeros años fueron razonablemente felices, sin pretensiones, pero con alegrías.

No adorno mucho, sino que escribo con el corazón y sin pretensiones.

La lápida era simple y sin pretensiones, al igual que la inscripción.

Pero era una persona sin pretensiones y dotada de un talento extraordinario.

Pero la pretensión de la gente sin pretensiones es también un recurso.

Estaba sencillamente vestido con un traje moderno, sin pretensiones de última moda.