En el lugar de usted, yo no me habría mostrado tan galante.

Confieso, responde Magdelon, que adoro los retratos; nada tan galante como ellos.

Aquella tan galante réplica, produjo una penosa impresión de frío en Cecilia.

No soy tan galante como para no sentirme justamente furiosa por ti.

La pregunta era tan gentil, tan galante, que casi me hizo llorar.

Después de ayer estaba dispuesta a pensar... ¡Oh, qué hombre tan galante!

Usted, que es tan galante, no puede rechazar mi último ruego.

Aquello no era lo que quería decir; supuso que no era tan galante.

A cambio, ese hombre tan galante le proporcionaría los hombres necesarios para encontrarlo.

Pero Rodrigo, tan galante como siempre, no tenía nada que demostrar.

Porque supongo que Marco no se sentiría tan galante y madrugador.

Ese nieto mío es tan galante, cabezón y buen mozo como mi Tom.

Él había sido tan galante con ella, pese a haberlo desobedecido, pensaba feliz.

Me encantaría disfrutar de un paseo con un hombre tan galante.

Con la cabeza descubierta parecía mayor, mucho mayor, el viejo Lo, tan galante.

Nos han invitado a unirnos a ellos y no podemos rechazar tan galante propuesta.