1Se enteró de la iguala que estaba cobrando el Tellina y se puso furioso:
2El Tellina no se movía, debía estar dormido de veras.
3Se acercó el Tellina, muy suave, muy cordial, muy humilde.
4No, sino porque el Tellina era republicano y liberal.
5Salieron y al llegar a la esquina de Vicente Querol y Miñana dijo el Tellina:
6Correcher pudo avisar al Tellina y éste se presentó en el molino al mando de una compañía.
7El Tellina sabe que vienen por él, no ha recatado su manera de pensar en ningún sitio.
8El Tellina se levantó y se fue.
9El Tellina se fue carretera adelante.
10A los cuarenta y ocho años, el Tellina había perdido sus ilusiones y anhelaba volver a La Habana.
11El Tellina, con quien habló a solas, se negó a acompañarle: Yo ya no estoy para estas cosas.
12Con los últimos entró el Tellina.
13El Tellina se alzó de hombros.
14El Tellina le miró con sorna.
15El Tellina lo tomó muy a mal, y no porque se hablara de cerrar las casas de juego.
16Los tres hombres entraron en un pequeño comedor donde les sirvieron tellinas, roastbeef especial y pastel de manzana.