Él mismo, todavía horrorizado de vivir en una cárcel, razonaba mal (además tenía una leve insolación).

Luego, todavía horrorizado, pensó que era necesario honrar a su ilustre amigo y darle al menos una digna sepultura.

Lentamente, somnolienta, infinitamente aliviada, pero todavía horrorizada por lo que había visto, y preocupada por Pacuvio.

Ahora estaban unidos por el intenso momento que habían compartido, aunque, todavía horrorizados, les costaba hablar de ello.

-Yoladraba y gruñía en ese disco -decíaSinatra, todavía horrorizado de solo pensarlo-.

En los flancos de las colinas una oleada de ligeros brutos, todavía horrorizados de la lucha, miraban cómo abrevaban los mamuts.

-Claroque no, muchacha -suspiróél, todavía horrorizado-.