Momentos más tarde esos rehenes eran asesinados por la turba sanguinaria.

Había oído esa voz gritando a una turba sanguinaria:

Es necesario detener a Lusana y su turba sanguinaria antes de que masacren a todo el país.

Tal vez fuera la próxima víctima de esa turba sanguinaria que el propio Eru había colaborado en formar.

Sacerdotes, nobles, mujeres, niños... A muchos los torturaban primero, para que luego los hiciera pedazos la turba sanguinaria.

Balance de la acción: la turba sanguinaria asesinó a siete soldados y linchó al gobernador de la Bastilla, pese a su actitud condescendiente.

Al principio no había rincón en Cádiz donde dejara de escuchar los gritos de la turba sanguinaria a la caza de su amigo.