El samarugo es un pez de gorda cabeza que se convierte luego en rana.
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A las 23:30 horas muere, al caer en una tinaja de jabón hirviendo, el embeleco del albino, sosia del viejo, semihombre, samarugo y otras monerías.
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Nosotros, a los dieciséis años no somos nada, no somos más que samarugos.
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Rosendo venía de Samarugo, la torre de piedra, cuadrada y vertical, que enseña geometría a mi tierra.
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En Zaragoza, a los tontos los llamaban "samarugos".
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También se explicará el programa de seguimiento del samaruc y la utilización que dentro de esta iniciativa tienen las nasas o redes artesanales de pesca.
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En Algemesí, en el medio maratón del Samaruc estuve al borde de inhabilitarme para correr el maratón.
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Un catalán anticatalanista de la época, Joaquín Samaruc, escribía en 1924 una sugerente obra titulada Cien años de Catalanismo.