1Era como un vater químico pero hermético, que el enfermo podía manejar sin ayuda.
2No había demasiada basura orgánica y el olor más insoportable provenía del vater estropeado cuya cisterna goteaba incansable.
3Estuvo sentado en la taza de vater el tiempo suficiente como para haber presenciado el ascenso y la decadencia de todo un imperio.
4Bien, pensó Cynthia, el de hombres o el de mujeres, y debe de ser el de hombres porque ahí esta el vater portátil.
5Aquélla era una mañana especial, ya lo he dicho antes, tan especial que me metí en el vater de chicas, porque normalmente me equivoco.
6Los bastardos de la trena le habían quitado sus estupendos tapones Vater.
7Le preguntó al amigo de Vater de dónde era y adónde iba.
8Vater hizo girar la cruz ansada mientras leía las inscripciones entre dientes.
9Se metió la mano en el bolsillo y sacó los tapones Vater.
10Abajo, en la cripta, Vater acababa de acomodarse en el duodécimo pedestal.
11Vater le daba la espalda, pero ella sabía que oía su respiración.
12Con la vieja radio en las manos, Vater salió de la habitación.
13Vater fue a su encuentro en lo alto de la escalera.
14Vater se lo había repetido una y otra vez durante los últimos días.
15Sus pensamientos se vieron interrumpidos porque Vater frenó entre las columnas.
16Vater condujo su silla de ruedas hasta el borde del abismo.