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Y así, convertido en viejo juglar, cantó canciones de caballeros y damas.
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La mirada que el namer dirigió al viejo juglar fue de sorpresa y fascinación.
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El viejo juglar estaba fuera de sí, a punto de arrancarse el bigote a tirones.
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Simón cogió al viejo juglar por el codo y regresaron cruzando el patio de armas.
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El viejo juglar le guiñó un ojo a Perrin.
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El viejo juglar apretó los ojos con fuerza.
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El viejo juglar casi había parado en seco de recitar cuando había entrado, lo cual constituía también una novedad.
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El viejo juglar tenía la facilidad de aglutinar rumores y hablillas y sacar conclusiones acertadas la mayoría de las veces.
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Pero su espíritu de viejo juglar no solo se queda en las tarimas del Carnaval, también las lleva al aula.
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Ya en la plaza, nos sentamos alrededor de un viejo juglar que cantaba y recitaba poemas a cambio de unas monedas.
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El viejo juglar se atusó el bigote con los nudillos y tosió en un intento fallido de disimular una amplia sonrisa.
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Para ser un escuálido y viejo juglar con pretensiones, Thom sabía hacer las más elegantes reverencias a pesar de su cojera.
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Tal vez sería mejor dejar en paz a un viejo juglar escondido en su agujero de las dependencias de los criados.
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Para sorpresa general, aunque sobre todo de Ramiro, el viejo juglar se plantó con firmeza en el rocoso suelo de la cámara.
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El fiero gozo del conflicto y la angustia de aquellas heridas curadas tiempo atrás se percibía en la voz del viejo juglar cuando cantaba:
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Y de pronto, con un movimiento tan ágil y sorprendente como el de un bailarín, el viejo juglar giró en redondo sobre la mesa.
