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El viejo labriego no tardó en comprobar que estaba en lo cierto.
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Pero el viejo labriego le ofrece a Pedro la bota de vino.
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El viejo labriego siempre se mostraba muy erguido, hablando muy alto y gastando bromas.
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Pero en ese momento Elfgiva conversaba con un viejo labriego que vivía río arriba.
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Deduje que los jinetes se iban disgustados de su conversación con el viejo labriego.
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El viejo labriego antiguo contemplaba el cielo con serenidad, utilizaba ante el firmamento adjetivos concretos.
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Un viejo labriego de barbas blancas y patriarcales se acercó a la Angustias para decirle:
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Los vio conversar con el viejo labriego, y luego volver a montar sus caballos rurales.
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Al fin, topó con un viejo labriego que le mostró una senda cerca de una cascada.
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Elfgiva prosiguió cortésmente la conversación con el viejo labriego, que le estaba relatando una historia interminable.
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Henri atendía con entusiasmo y parecía quedarse con todas las explicaciones, complaciendo al viejo labriego como buen aprendiz.
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Al cabo de unos minutos un viejo labriego se dirigió a Ingmar con la cafetera en la mano.
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Pasó al poco un viejo labriego con un burro y Carlos le pidió que le llevase el venado.
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Así quedaron, en cambio, muy contentos, y su sorpresa fue mayúscula al ver que sobraba un buey: el del viejo labriego.
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Ya casi no quedan en el pueblo más chaquetas cortas que las de estos viejos labriegos.
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-Diosle guarde, jefe -expresóel viejo labriego con voz atiplada-.
