1
El ramo de una zarza espinosa reprimía el torbellino de su cabellera.
2
Al pasar por una franja con plantas se agarró a una zarza espinosa.
3
Saliva hambrienta caía sobre la zarza espinosa que estaba masticando.
4
Alguien se movía al otro lado de la zarza espinosa.
5
Una zarza espinosa le enganchó la camisa y se la desgarró, pero no se detuvo.
6
Y dijeron todos los árboles a la zarza espinosa: Ven tú y reina sobre nosotros.
7
Y dijeron entonces todos los árboles a la zarza espinosa: Ven tú y reina sobre nosotros.
8
Y, al llegar el Rey al lugar, solo vio una zarza espinosa y una rosa en medio.
9
Ahora mordisqueaba felizmente una especie de zarza espinosa que bien podría haber sido la misma que ardiera frente a Moisés.
10
Por fin, se encontraron muy cerca de una zarza espinosa que suponía un precario abrigo contra el viento, que soplaba tempestuosamente.
11
Cuando la siguieron, vieron que la cuesta era empinada y estaba cubierta de un espeso manto de la zarza espinosa llamada kittar.
12
Noto un guijarro debajo de la suela de mi chinela, y una zarza espinosa tira de mi falda, pero no me detengo.
13
Y he aquí que la zarza espinosa estuvo de acuerdo y dijo: Bien, ungidme entonces por rey vuestro y poneos a mi sombra.
14
Anduvo apoyándose en los muros, se agarraba a la zarza espinosa y llena de polvo, se sentaba a cada poco en los cascajos.
15
Daban la impresión de ser pedazos arrancados y se hallaban en la zarza espinosa, a un pie del suelo...
16
Se lanzaba uno a una zarza espinosa; se perdía uno en el helechal; luego venía el grito de "noventa y nueve, ciento... ¡Ya!".
