Los automóviles pasaban como exhalación junto a él, que era el único peatón.

Aún no eran las nueve y él era el único peatón a la vista.

Aquí no hay coches y yo soy el único peatón.

Solo bastaría que un coche patrulla pasara a mi lado, el único peatón en la zona.

Mitch se volvió y vio a un único peatón, el hombre que paseaba al perro calmoso.

De otra parte, y excepto por mi voluminoso rastreador, yo era el único peatón a la vista.

Y a excepción del tío cachas que llevaba detrás, yo era el único peatón a la vista.

Y yo era el único peatón.

El único peatón iba delante de ellos, caminando como si no tuviera adónde ir y le sobrara tiempo.

Lo que explicaba por qué me fijé en el único peatón que se veía en toda la manzana.

Aunque en la calle el tráfico de automóviles fluía a un ritmo sostenido, yo era el único peatón en la estrecha acera.

Había un solo coche a la vista en movimiento, a tres calles de distancia y en ese momento Sam era el único peatón.

Me sentía una excepción en esa ciudad noctámbula, una ciudad que se dirigía hacia lo desconocido: el único peatón, un caminante, un autostopista.

Las calles que rodeaban la plaza siempre estaban atestadas y yo no era el único peatón sin sombrero ni impermeable con dinero en el zurrón.

De hecho, Dirk y Franz no eran los únicos peatones a medianoche.

Somos los únicos peatones que cruzan la frontera hacia Marruecos.