Había perdido los afilados aguijones con los que atacaba.

Pinchándole con sus pequeños y afilados aguijones, que depositaban el veneno de una extraña comezón.

Y los romanos mantenían su apretada formación, una sola criatura con millares de piernas y ojos y afilados aguijones.

Los afilados aguijones se estrellaron contra la dureza de la exocoraza y cayeron posteriormente al suelo, con su filo quebrado.

En cualquier momento, pensaba, volvería a aparecer todo un enjambre con sus afilados aguijones dispuesto a atacarme de nuevo, a rematarme.

Otras criaturas, con cuerpos humanos pero con pi-cos alargados como los de los cuervos, se acercaban a Scathach para intentar apuñalarla con sus afilados aguijones.

Sacaron afilados aguijones de sus bolsas de armas, y pincharon los costados de Ojos-Rosados obligándole a salir del templo por la abertura del lado este.