Oficio,, realiza obras de mazonería.
1Sin embargo, Albani encaja aún mejor por una cuestión de equilibrios políticos.
2El señor Albani observaba todo con gran atención esperando descubrir otras plantas.
3El señor Albani bajó la mirada, y palideció de un modo espantoso.
4Hasta allí se había mantenido Albani en la silla sin gran dificultad.
5El cardenal decano Gian Francesco Albani celebró la misa del Espíritu Santo.
6Éstos formaban un semicírculo alrededor de Martín Albani, nuestro conocido de Chiddah.
7Al divisarlos, el señor Albani no pudo contener una exclamación de contento.
8Como una hoja de árbol muerta, la nota del cardenal Albani revoloteó
9Nuestra conversación no había sido oída ni por Albani ni por Halef.
10El viejo, así que vio acercarse al señor Albani, se levantó, diciéndole:
11A mí me tienen amenazada por mi labor con las víctimas -aclara Albani-.
12El señor Albani no tuvo inconveniente alguno para realizar la obra.
13El abate había preferido no hablar de la nueva imagen pública de Albani.
14No estaba menos pálido que el marinero el señor Albani ni menos alterado.
15Gritó el señor Albani, agitando un tizón encendido y acercándose a la escollera.
16La voz se oía, pero a intervalos, y parecía la del señor Albani.