1Los últimos rayos del sol parecían deslizarse desde lo alto del edificio para amustiarse en el escaparate.
2Velasco mismo empezó a amustiarse.
3Y era que cuando ella viajaba al puerto a comprar los aparejos de su oficio, el árbol parecía amustiarse hasta la agonía.
4Díjome que no era nada, aunque lo vi amustiarse otra vez y dejé pasar un momento antes de porfiarle que sí debía ser algo.
5Esta vez logró hacer reír a todos los circunstantes, incluida la propia doña Luisa, que lo hizo como a regañadientes, antes de amustiarse otra vez.