La forma en que apuró otra copa desnudaba su necesidad de atontarse.
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Estaba débil, podía sentir cómo mis sentidos comenzaban a atontarse; debía comer.
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Se preguntaba si tenía verdaderas ganas de atontarse como las demás noches.
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Nadie puede explicar cómo es que los pueblos son capaces de atontarse tanto.
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Parecerá como si Faenaeyon hubiera bebido hasta atontarse y no se hubiera recuperado.
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Era interesante hasta entontecer, y era preciosa dentro de su misma sencillez.
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No se trata de una sutil trama capitalista para entontecer a los trabajadores.
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Una pérdida de tiempo, buena para entontecer a los chiquillos.
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Entonces comprendí por qué tener un gato puede llegar a entontecer a un adulto.
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Me detuve antes de decir: "¿Un deseo terminal de entontecer a la gente?".
Uso de atolondrarse en español
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Es mejor tantear el terreno antes de atolondrarse y meter la pata.
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Debe usted hacer esfuerzos y sobre todo no atolondrarse y conservar su serenidad.
3
Las jóvenes de hoy en día tienden a atolondrarse, me parece.
4
Se reconcentró y se mandó mirarlas de frente, para no atolondrarse.
5
Es su mejor modo de arrimar el bochín, no atolondrarse.
6
El jefe no pudo contestar satisfactoriamente a estas preguntas y hasta llegó a atolondrarse.
7
La mente debía permanecer despierta, no atolondrarse en romances.
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El pánico les hizo atolondrarse con los remos.
9
Era preciso no atolondrarse ahora; reflexionar.
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Los cuervos que me seguían, sin embargo, empezaron a atolondrarse cuando todavía estábamos a cuatrocientos metros de distancia.
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Explicó que apoyará al candidato del FpV que surja de las PASO, sin atolondrarse para jugarse por uno.
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Sobre todo, pensó, no debía atolondrarse.
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Narcís comenzó a atolondrarse.
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El camión seguía traqueteando, Speroni no apuraba la marcha; había que rastrear con calma, sin atolondrarse por descubrirlo a ese indio.
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Se le había engendrado un perplejo, no un atolondrarse, pero en aquel vacío se iban a levantar para Fronesis las más opuestas claridades.
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El transportista se quedó impresionado de la desenvoltura con que su cuñada respondía a las preguntas, sin atolondrarse, sin lloriquear, hablando con calma y bonito.